Bailando con el Diablo

Bailando con el Diablo de Sherrilyn Kenyon

Dark Hunter #4

Título: Bailando con el Diablo

Título original: Dance with the Devil

Autor: Sherrilyn Kenyon

Editorial: Plaza & Janés / DeBolsillo

Formato: Rústico / 365 págs.

ISBN: 978-950-644-215-6 / 2011

Precio: 75 $ARS

Es el más peligroso de los Cazadores Oscuros…

Zarek no confía en nadie, a veces ni en sí mismo; tan solo cree en su habilidad para eliminar a quien se interponga en su camino. En vida sufrió el tormento de la esclavitud. Con los Cazadores Oscuros, la agonía de siglos de destierro y desconfianza.

Sin embargo, sobre él se cierne ahora la condena definitiva. Todo su destino queda en manos de una sola persona, juez único de su existencia. Y es a ella, Astrid, a quien Zarek finalmente abre una puerta que creía haber cerrado para siempre.

Un hombre demasiado atormentado, con una infancia que nadie debería tener, ni siquiera los esclavos. Es el  protagonista de este libro, uno de los  más ansiados de la saga, y es que Zarek con su carácter y temperamento hace que todas literalmente nos volvamos locas por saber quién será la encargada de devolverle un poco de calor a su corazón de hielo.

Astrid, una juez sobre la que recae la difícil tarea de juzgar al más temido cazador, descubrirá que detrás de su presencia hostil, se esconde un hombre cariñoso, amable y  solitario, quien decidió que la mejor manera de evitar amar a las personas, es ahuyentándolas.

Sentimientos hechos historia, sería una excelente forma de tratar de definir esta libro, y es que a medida que vas avanzado, te vas dando cuenta, que a una persona no se le debe juzgar por su aspecto,  ya que son sus acciones y sentimientos los que hacen que nos enamoremos de alguien.

“— ¿Qué hay acerca de ti, Princesa? —preguntó Zarek. — ¿Tu mamá te arropaba cuando eras una niña? —Todas las noches, a menos que ella estuviera juzgando a alguien, entonces mi hermana Atty lo hacía. Astrid no preguntó a Zarek si alguien lo arropaba a él. Ella ya sabía la respuesta a eso. Nadie. Ella se acurrucó más cerca de él. Zarek se quedó con la mirada fija arriba en la parte superior del túnel. Era gracioso; hacia más de cincuenta años, él había cavado esta parte del túnel sin saber que algún día yacería acostado con su amante a su lado. Astrid. Él no tenía ningún derecho a estar con ella. Ningún derecho a tocarla. Ella estaba tan cerca del cielo que lo que un hombre como él alguna vez pudiera estar. Y aún así él no quería dejarla ir. No ahora. Ni nunca. Ella era la única persona en toda su historia por la que moriría. Sin duda esta noche lo haría.” Pág. 320

Redactado por laluy