La primera del 2014 es una reseña súper atrasada que tenía :/
No todos moriréis de Antonio Jareño
Título: No todos moriréis
Autor: Antonio Jareño
Formato: E-book / 343 pág.
Editorial: Autopublicado
ISBN: - / 2012
Precio: 0,99 € en Amazon.com
Leído: 20 oct 2012 - 17 ene 2013
“No todos
moriréis” es, de alguna manera, una novela diferente. La narración enlaza
varias tramas simultáneas: el extraño apuñalamiento ocurrido delante de las
cámaras de vigilancia de un banco, un cura de pueblo que encuentra una carta de
un antecesor suyo escondida en una maleta, el dueño de una multinacional de
productos cosméticos, interesado en encontrar al Judío Errante y con él el
secreto de la inmortalidad… y un investigador privado, encargado de averiguar
cuál es el "secreto supremo" que le ocultan a su cliente.
Así se pone en
marcha un relato que nos conduce por el mundo de la investigación médica,
pasando por las ideas visionarias del Premio Nobel Alexis Carrel y su amigo el
aviador Lindbergh, las prisiones de la Alemania nazi o la fragilidad mediática
del poder.
Una novela que
va acelerando continuamente su paso sin dejar un respiro al lector.
No todos moriréis es: Suspenso, Misterio y Ansiedad.
Ansiedad provocada por el suspenso de llegar a conocer el misterio que encierra
la historia, creo que así resumo lo que me ha provocado esta historia.
*judío errante según wikipedia*
Desde los espacios, hasta los personajes, Antonio
Jareño ha sabido crear un mundo que mantiene atrapado al lector
irremediablemente, deseando saber qué pasará a continuación y cómo se resolverá
todo. Y en determinados momentos, cuando más campante se encuentra uno leyendo
aparece un párrafo con una pista de aquellas que nos da vuelta todo el
entramado que hasta ese momento veníamos armando en nuestra cabeza, nos provoca
estar en un constante ir y venir con lo que creemos saber, lo que saben los
personajes y lo que el autor nos va desvelando.
Los personajes están estupendamente creados, desde
aquellos que vemos poco o en determinadas partes de la historia como Walter, A.
J. Salmi, Andrew Jackson o Laura Marco, hasta aquellos que protagonizan todo la
historia, como el padre Alonso, Andrés Suárez, Goran Eistenach, Magnus
Ingaldsen o el escurridizo Judío Errante. Todos están tras la búsqueda de un
secreto supremo, uno por el cual son capaces de hacer las cosas más impensadas,
la inmortalidad.
La red que se construye a partir de datos
históricos, religiosos y tecnológicos es inmensa, y dentro de ella se mueven
nuestros protagonistas que van tras el descubrimiento de un misterio que tiene
más de dos mil años. Esta red nos da que pensar, nos hace poner en
funcionamiento y en uso esos pequeños conocimientos que podemos tener
acumulados de nuestro vivir diario y que nos ayudan a que la historia aparezca
ante nuestros ojos con una luz particular y que se torna en enteramente propia.
No todos moriréis es una novela que cada uno
debería darse la oportunidad de descubrir párrafo a párrafo y capítulo a
capítulo, tiene todos los ingredientes que hacen de una historia una Gran
historia. El mundo que vemos tras las letras es uno que tranquilamente puede
ser el nuestro, que tiene malos y buenos, deseos y fijaciones insanas,
enseñamientos y bondad, paz y guerra, espera, sufrimiento y felicidad ante lo
visto y conseguido.
Antonio Jareño, un autor y No todos moriréis, una
historia, ambos para quitarse el sombrero, definitivamente buscaría uno para
ponérmelo y luego quitármelo, recomendable al 100% para los amantes del
suspenso y la intriga.
“Aunque aún hoy siento escalofríos y escribo con
temblor las presentes letras ante lo inusitado y maravilloso del suceso, doy
gracias al Altísimo por la merced que me ha hecho de conocer a estos
sobrevivientes de los tiempos apostólicos, y firmo la presente para que cada
vez que mi fe se vea sacudida por la duda, algo que me sucede a menudo conforme
se acerca el día de mi muerte, haga memoria de este grupo de personas de las
que dijo San Pablo en su primera epístola a los Corintios: Mirad, os revelo un
misterio. No todos moriremos.
Alabado sea Dios.” Pág. 28
“Al terminar de hacer la maleta, le pareció que la
carta de los supuestos resucitados era sólo una excusa. Necesitaba salir de
Yecla, mirarse a sí mismo desde otra perspectiva, quizá reencontrar su
vocación; no lo sabía exactamente. Le costó convencer a don Eulogio, que no
entendía de luchas interiores que no fueran las que se libran contra el pecado.
Pero al fin lo había conseguido, disfrazándolo de peregrinación inaplazable.
Todos los caminos llevan a Roma, pensó. Lo que todavía no sabía era a dónde le
iba a llevar el viaje que estaba a punto de emprender.” Pág. 73
“Ese hombre existía. El “supremo secreto” estaba
por fin al alcance de la mano. Lo que le había contado su abuelo no eran los
delirios seniles de un anciano luchador. Ahora no albergaba ninguna duda: ese
hombre estaba vivo en algún lugar del planeta, así que él se encargaría de
encontrarlo. Y nadie más.” Pág. 97
“El amor es el vano deseo de que perdure en el
tiempo un sentimiento que por su propia naturaleza es efímero y fugaz. Aceptar
esa máxima era la clave de la felicidad sentimental, una filosofía de la
existencia que desde luego no había descubierto él, pero que le venía como
anillo al dedo. Carpe diem. Se sonrió al darse cuenta de que volvía a pensar en
latín. Tempus fugit. Y él no quería perderse absolutamente nada. Sólo pretendía
vivir la vida al máximo y dejar que fuera el tiempo quien se encargara de
arruinarlo todo.” Pág. 107
“Rara combinación en una mujer. Y nunca hay que
confiar en las coincidencias más de lo necesario. O como le había oído tantas
veces decir a su abuelo, “Normalmente ocurren cosas normales, sólo extraordinariamente
ocurren cosas extraordinarias”. Una frase con mucho sentido común, sobre todo
para alguien que había tenido una vida tan fuera de lo normal como era el
abuelo Danilo.” Pág. 116
“La fugacidad de la vida le añadía sabor, la avidez
de lo escaso y lo pasajero, que hacía que uno disfrutara más de las cosas y de
las personas, sabiendo que un día las perdería del todo y para siempre. Incluso
recordaba haber leído en alguna parte una frase de Ortega sobre el tema: “La
vida humana eterna sería insoportable. Cobra valor precisamente porque su
brevedad la aprieta, densifica y hace compacta”.” Pág. 188
“— A lo largo de mi vida he visto mucha más
crueldad de la que usted puede imaginar, Eistenach. Hombres y mujeres
torturados, despedazados, comidos por las bestias y sometidos a toda la infamia
que el hombre es capaz de desatar. Y fíjese. Todos, víctimas y verdugos,
terminan muriendo. Antes o después. Ni la patria, ni el poder, ni la violencia
garantizan la inmortalidad.
— ¿Y para qué queremos la inmortalidad, después de
todo? La vida en este mundo es lo más parecido al infierno, como usted mismo ha
señalado. Prolongar ese infierno no sería más que otro acto sin sentido.
— Eso explica entonces que no me haya preguntado
por mi longevidad. Creía que lo que le interesaba de mí tenía que ver con el
Judío Errante.
— No me importa la inmortalidad, ya se lo he dicho.
Sólo estoy aquí cumpliendo con mi trabajo.
— Ese es precisamente el problema, el mismo que su
abuelo no quiso ver. El deber no nos da la vida, Goran. Sólo el perdón. Es el
perdón el que nos hace nacer de nuevo. Usted es libre de pedirlo o no, de aceptarlo
o rechazarlo. Pero, créame, no es ninguna casualidad que usted y yo estemos
hablando en este momento, aquí, en mitad de la noche.” Pág. 331
El autor: Antonio Jareño es profesor de Filosofía
en un instituto, nacido hace 52 años en Murcia. Casado y padre de cinco hijos,
esta es su primera novela.
Antes había ganado algunos concursos de relatos
breves, que lo animaron a dar el paso y escribir "No todos moriréis",
una novela de aventuras y misterio que transcurre en distintas localizaciones
de Europa y América.
Como ser humano con unos años ya a las espaldas, mi
vida es una pequeña suma de vidas: la del niño, el mayor de siete hermanos, que
nació a finales de 1959 en el hospital de la Cruz Roja de Murcia, a la del
profesor de Filosofía en un I.E.S. de Yecla de la actualidad. Todo ello pasando
por una infancia en Orihuela, estudios de Magisterio de vuelta a Murcia,
servicio militar en la Armada en Cartagena, un año en el seminario, oposiciones
a una Caja de Ahorros y al cuerpo de maestros, boda, hijos (cinco), destinos
variados, más oposiciones (secundaria, Filosofía) y otras vicisitudes, la mayor
parte de las cuales figuran en el archivo íntimo de la memoria.
La biografía literaria es bastante más corta. Me
gusta mucho leer, así que un día me dije: ¿y por qué no escribir algo? De esta
manera fueron surgiendo varios relatos cortos, a los que no les fue del todo
mal entre los lectores, y que prepararon el camino del salto a la novela. Y
aquí estamos.
-Datos sacados de su página http://www.antoniojareno.com/-
*Gracias al autor por el ejemplar
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